Dar un hogar a los refugiados

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ALEMANIA: En la casa de la Fundación Oggelsbeuren, desde enero 2016, vivirá un centenar de refugiados de diferentes países: hombres, mujeres, niños, familias. Desde mayo de 2014, este edificio está a disposición de alrededor de 80 refugiados. Esta fundación está dirigida por un Consejo de la Fundación y la Junta de Síndicos. Un Oblato, el P. Alfred TÖNNIS, forma parte de la junta directiva de la fundación.

Desde el 1 de enero 2016, dos Oblatos (PP. Heinrich MAYER y Alfred TÖNNIS) se alojarán en la casa principal. Una capilla privada y varios apartamentos forman el espacio de la comunidad e invitan a visitar y compartir temporalmente la vida.

Este proyecto fue precedido por un proceso de dos años, desarrollando una concepción propia en el sentido de “dar hogar” a los refugiados. Se formó un grupo de dirección de personas competentes. Se realizaron visitas a los campos de refugiados en Malta, Grecia y Líbano. Los habitantes y líderes de la pequeña aldea Oggelsbeuren (450 personas) fueron parte del proceso. Los medios de comunicación eran propicias.

El tema de la fuga es un tema de gran actualidad, no sólo en términos de los muchos refugiados que están en el camino. Estamos viviendo en nuestra sociedad diversas tendencias de escapes: escape en el alcohol, las drogas, el sexo. Escape a la “realidad” de Internet (ahí se crean perfiles personalizados embellecidos o incluso inventados – con éstos se anda entonces bastante tiempo). Escape del propio cuerpo (cirugía plástica, los deportes excesivos, trastornos mentales a consecuencia de ya no poder soportar el propio cuerpo). Escapar de las relaciones. Escape al monasterio. Escape en el fanatismo religioso. Escape a la violencia. También existe la “evasión de impuestos”, otro escape. Escapar de una responsabilidad. Escape, fuga es el tema de nuestro tiempo.

También el tema del hogar, de estar en casa está muy presente. ¿Dónde estoy en casa? ¿Qué quiero decir con “casa”? ¿Se trata de personas? ¿De edificios y lugares? ¿Son formas de pensamiento o andamios de una filosofía? ¿Es religión? ¿Es una cultura? ¿Es la relación con Dios? La falta del hogar es también el tema de nuestro tiempo.

Los temas escape – fuga y sentirse en casa, también son grandes temas bíblicos: Escape de personas ante el mandato de Dios (Jonás), huida de la Sagrada Familia, el escape de pueblos enteros. Nos encontramos con los “refugiados económicos”, “refugiados” en términos de violencia y los desastres naturales.

El Provincial oblato con su consejo acompañó el desarrollo del proyecto. Ya bajo el Padre Provincial P. Thomas KLOSTERKAMP, el Padre Tönnis fue encargado a jugar un papel decisivo en el desarrollo del proyecto. Bajo el actual Provincial, el P. Stefan OBERGFELL, el consejo provincial decidió en consulta con el obispo que los padres Alfred Tönnis y Heinrich Mayer puedan vivir y trabajar en la fundación.

Queremos que la gente que está huyendo se sienta un poco en casa. A través de nuestro trabajo, a través de la oración, el culto y la celebración interreligiosa, a través de nuestro testimonio de la Buena Nueva cristiana y de nuestra Regla y del espíritu de nuestra comunidad religiosa. Dos prenovicios de nuestra Provincia Centro-Europeo ya han vivido un tiempo con nosotros y conocido este trabajo.

Hay Oblatos que trabajan con refugiados en diferentes países: Italia, España se puede mencionar con seguridad. Proyectos son apoyados, o incluso desarrollados de ellos mismos. En muchos lugares, este trabajo con gente que está huyendo está en auge. Para mí sería importante trabajar en red. Tenemos que cooperar mejor a nivel internacional. Tal vez, no sólo sería propicio de desarrollar “el trabajo de los refugiados en todo el mundo Oblato” con conferencias y presentaciones de proyectos, con herramientas y una web propia, sino también para nuestro trabajo mismo y un proceso, para desarrollar nuevas energías misioneras. Nosotros hacemos acá la experiencia que con este trabajo se llega también a gente distanciada de la iglesia o gente religiosamente interesada. También aquí, un campo misionero se abre. Estamos experimentando que brota algo nuevo y se inicia un diálogo interreligioso muy bueno.

Para mí, los refugiados son mensajeros de Dios. Ellos nos arrancan de los círculos alrededor de nosotros mismos; de nuestras estructuras, nuestras oasis de bienestar y de nuestras fronteras. Amplían la vista. Ellos trascienden las fronteras y nos desafían. Nos obligan, no a definir las obras de misericordia y una revitalización de nuestro espíritu misionero, sino a vivirlo.

Especialmente con la vista de nuestro aniversario de 200 años podríamos hacer frente a este desafío de Dios más intensamente – en el trabajo, en la vida espiritual y en la vida familiar de una familia religiosa en todo el mundo: en fin, nuestro Papa Francisco nos exige concretamente a recibir refugiados en las casas religiosas. (Alfred Tönnis)