San Eugenio, el Pan de San Antonio y la Virgen de Fátima.

Ucrania

Publicado originalmente en OMIWORLD.ORG  

Haga clic aquí para leer en ingles

El hermano Sebastian JANKOWSKI lleva 4 años cuidando de los sintecho y deshauciados de Kiev. Dos veces por semana va con su equipo de voluntarios a las calles de la ciudad para distribuir en puntos estratégicos comida caliente, medicinas, ropa y artículos de higiene. También les lee el evangelio del día y una breve catequesis. No menos de 200 personas se benefician cada vez de su labor. El 13 de junio de 2017 en vez de ir a ellos, los llevó a un sitio muy especial para un momento particular.

El año 2017 ha sido proclamado en nuestra Iglesia Católica de rito romano “Año de la Virgen de Fátima” en honor del centenario de sus apariciones. La Virgen pidió en 1917 en ese pueblecito portugués rezar por la conversión de Rusia para que sus errores no se propagaran: unos meses después comenzaría la revolución marxista de Lenin. En aquél entonces Ucrania estaba bajo el Imperio Ruso, y luego del Soviético, así que la gente en Ucrania, agradecida, considera que la libertad religiosa que gozamos hoy es gracias a la oración de millones de personas a lo largo de estos 100 años. El mensaje de Fátima no ha perdido actualidad con los años. En Ucrania seguimos sufriendo los “errores” propagados por aquélla Rusia marxista-leninista. Muchos de los problemas sociales de hoy son herencia de los errores de ayer. Por ello el pueblo de Ucrania vive con emoción y devoción este año del centenario.

En todas las diócesis y parroquias se organizan predicaciones, novenas, retiros, peregrinaciones relacionados con la Virgen de Fátima. Parafraseando el Sermón de la Magdalena de San Eugenio: ¿No habrá nada para ustedes, pobres de Jesucristo en Kiev? Por supuesto, nuestro intrépido hermano Sebastian Jankowski, el ángel custodio de los pobres, como lo llamó el Nuncio Apostólico en Ucrania, Monseñor Claudio Gugerotti, no se quedó de brazos cruzados y organizó para ellos su particular “peregrinación de Fátima” para sus bienamados pobres de Kiev.

Dos autobuses enteros, unas 130 personas, más los voluntarios de Cáritas-Spes, fueron a la casa central de la Delegación de Ucrania de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada en Obukhiv, a unos 30 kms. al sur de Kiev. El lugar escogido es bien significativo. Hay que mencionar que todos los años del 13 de mayo al 13 de octubre esta parroquia oblata organiza una procesión cada día 13 de mes en honor de la Virgen de Fátima. También en esta casa el P. Artur STRONCZEWSKI, párroco de la parroquia, se ocupa todas las semanas de organizar la preparación de la comida que se reparte entre los sintecho y gente necesitada de Kiev. El P. Artur está ganando fama como cocinero, pues es bien conocido entre la gente por preparar la comida no sólo para llenar el estómago, como hacen otras organizaciones, sino también para deleitar el paladar. Todos somos hijos de Dios, y eso ha de notarse también en la comida que ofrecemos a los demás.

A la llegada a Obukhiv les esperaban mesas con un aperitivo dulce. Tras cobrar fuerzas físicas pasaron a la parte más espiritual del programa, fin principal de la actividad del día. Nuestros hermanos necesitados de Kiev no paraban de hacernos preguntas sobre la Congregación, nuestro Fundador, nuestra historia, quizá movidos por una gran estatua de San Eugenio que preside fachada principal de la iglesia parroquial de Obukhiv. Así que me tocó improvisar una charla sobre la vida y el carisma de San Eugenio de Mazenod. Para mí fue un disfrute utilizar la vida de San Eugenio para predicar a los pobres: sirviéndome de su vida pude repetir de memoria algunos fragmentos del Sermón de la Magdalena. Como oblato fue una dicha para mí poder recordarles la dignidad que todos ellos tienen como hijos de Dios: “Hay dentro de ustedes un alma inmortal, creada a imagen de Dios (…) Cristianos, ¡reconozcan su dignidad!”, dijo entonces San Eugenio y yo pude parafrasear su frase ante un auditorio no muy diferente. Me parecía sentir que, ante tantos abandonados reunidos en el edificio parroquial de los oblatos y gracias al buen trabajo de nuestro hermano Sebastian y ayudado por la comunidad oblata de Obukhiv, Eugenio desde el cielo se sentía muy, muy satisfecho de nosotros.

Después de esta charla improvisada el P. Sergei PANCHENKO tuvo una conferencia sobre la Virgen María. Ayudado de una presentación de PowerPoint, con fotos de San Maximiliano María Kolbe, la Virgen de Fátima, San Juan Pablo II, les invitó a poner su confianza en la Virgen María y a traerle todas sus esperanzas y fatigas.

Culminada la parte espiritual, volvimos a acordarnos de nuestros cuerpos, alegrándolos con un suculento almuerzo preparado por el ya famoso P. Artur y su equipo de la cocina oblata de Obukhiv. Las risas y hasta los juegos en este día de convivencia se hicieron muy presentes y vivos al término del postre con dulces y bizcochos. Tras ello, terminamos el día con una película sobre la Virgen de Fátima, para presentarles el misterio que nos trajo en peregrinación.

Hablando con el hermano Sebastian nos dimos cuenta de un detalle que habíamos pasado por alto hasta entonces: era el 13 de junio. La fecha fue escogida para conmemorar un día 13 las apariciones de la Virgen, pero no habíamos caído que era el día de San Antonio de Padua, famoso por su Pan de los Pobres. Y ciertamente que no han faltado los milagros para poder tener este día. No había dinero para pagar los autobuses y, de pronto, pocos días antes de la peregrinación ya anunciada y prometida a la gente de Kiev, llega un donante que pregunta: “Hno. Sebastián, ¿qué necesitas?”. El asombro del Hno. Sebastian fue grande al mencionarle al donante la gran suma de dinero para los autobuses y oír la respuesta del donante: “Cuenta con ello, no te preocupes”. San Antonio y San Eugenio pusieron de su parte para traer a estos abandonados a los pies de la Virgen, tan amada por ambos. (P. Diego SÁEZ MARTÍN, Delegación de Ucrania).

1 Trackbacks & Pingbacks

  1. St. Eugene, St. Anthony’s Bread, and Our Lady of Fatima – OMIUSA

Comments are closed.

<