El padre John WOTHERSPOON ha pasado gran parte de su vida oblata y sacerdotal como misionero en Hong Kong, China. Oriundo de la Provincia de Australia, de la cual China es una Delegación Oblata, en 1985 fue a Hong Kong como maestro en una escuela dirigida por los oblatos. Actualmente, ejerce el ministerio como capellán de prisión. Pero este ministerio lo ha llevado desde los oscuros corredores de las prisiones a los aeropuertos de todo el mundo para ir a conocer a las familias de los presos que están tras las barrotes por participar en el contrabando de drogas ilegales. Ellos fueron las “mulas” que los capos de drogas usan para llevar su producto a través de las fronteras internacionales. Ciertametne, las “mulas” son mensajeros que arriesgan sus propias vidas y su libertad haciendo contrabando de drogas en su equipaje, su ropa y, a veces, incluso tragando drogas envueltas en plástico.

En los últimos años, el P. Wotherspoon ha viajado a los países de origen de algunas de estas “mulas” encarceladas para reunirse con las familias que dejaron atrás y solicitar su ayuda, y la de otros, con el fin de advertir a posibles “mulas” sobre los peligros de involucrarse en las bandas de traficantes. Entre otros medios de comunicación, tiene una cuenta de Facebook llamada: “No más mulas – No more mules”. También trabaja con funcionarios del gobierno y jueces de Hong Kong para cambiar las leyes relativas a las sentencias de “mulas”. En muchos casos, la “mula”, vulnerable, recibe una pena de prisión más dura que los propios narcotraficantes, que a menudo quedan totalmente impunes.

Entre finales de diciembre y enero de 2018, el sacerdote viajó miles de kilómetros para conocer a las familias de los presos de América Central y del Sur y difundir el mensaje de su campaña. Su periplo lo llevó desde Hong Kong a México, Colombia, Venezuela, Surinam, Perú, Bolivia, Paraguay, Argentina y Brasil.